sábado, 22 de noviembre de 2008

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La condición del ser humano


Es confusa la condición del ser humano: nace bajo una ley universal pero lo encadenan a una local, lo engendran por accidente pero lo obligan a organizarse, nace enfermo pero le exigen salud eterna, lo debilitan con el miedo pero debe ser fuerte para la patria y para el hogar, está rodeado por una multitud de mujeres pero sólo le permiten una, le encienden el animal pero lo obligan a ser razonable.

Sin duda, es confusa la condición del ser humano, por eso la locura es tanto una caída como un salto a lo desconocido, una liberación de la esclavitud social, de la muerte existencial, la respuesta más fuerte a las represiones de la familia, de la cultura y de la ciencia, que amputa en nombre de la salud mental.

El loco se opone, sin saberlo, a ser programado por los que controlan el mundo exterior, suicidamente, es decir, de espaldas al mundo interior, que es nuestro modo de ver lo que nos rodea, el maravilloso mundo de las fantasías y los sueños, el infinito mundo de la imaginación.

El loco, como el artista pero sin saberlo, prefiere la experiencia propia, la multidireccionalidad del yo, la peligrosa y excitante libertad, el loco sospecha (que es una manera misteriosa de saber) que las revoluciones exteriores no cambian nada, que lo único revolucionario es revolucionarse.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Escribo


Escribo...
para mantener distraída a la amargura.
Esquivo...
sus dardos con palabras, mi armadura.
Y callo...
porque digo más en mis silencios que engañando a las palabras con sentimientos adoptados.

Escribo, esquivo y callo,
y a menudo lloro en un folio.

Mis lágrimas son tinta,
y no hallo mejor ataque que un poema ante tanto olvido, ante tanta pena.


Escribo, para curar mi alma rota.

Grito, para que el silencio no me coja.
Y curo mis heridas con un verso,
mis miedos con palabras y los lloro en una hoja.


Escribo... para mantener a distancia la locura.