miércoles, 29 de septiembre de 2010

Plegaria


Siempre me consideré creyente, pero tenía mi fe puesta en el hielo frágil...

Dejo caer la pluma que rueda hasta perderse debajo del aparato de sonido...

Me pongo de pie y comiezo a hablarle al Señor...



Padre bueno. Estoy muy dolido. Hoy quiero aprender a caminar de tu mano. Sé que sólo Tú puedes consolarme. Ven. Abrazáme. Dios mío, soy como un bebé indefenso en medio de la selva. No entiendo lo que me pasa, pero Tú sí. Me creaste con un propósito y no sé cómo cumplirlo; me diste un "paquete" de dones que no sé usar; depositaste en mí tu confianza y no quiero decepicionarte. Rescátame, por favor. Soy un inútil, pero en tus manos sere útil. Soy una víctima, pero Tú me harás triunfador. Soy una mólecula de agua sucia, pero junto a Ti, que eres el mar, sere parte del océano.

Hoy renuncio para siempre a horóscopos, colores, cristales y amuletos. Te entrego totalmente mi vida. Es una decisión absoluta, no religiosa sino personal, no de forma sino de fondo, no de palabras sino de corazón...

No hay comentarios: