miércoles, 6 de julio de 2011

Memorias de un Viajero

Una lluvia de encontrados sentimientos me inundó esa noche con gotas de una sensualidad envuelta en movimiento y pasión, pero sobre todo, de una sangre fuerte y de mucha, mucha casta.

Ella: la perfecta antología de una princesa medieval, permaneció incansable ante los ojos de cualquiera que la contempló bailar.

Tenía ganas de besarla y abrazar la como con la sed de un viajero en medio del desierto.

 No pudo escuchar mi adiós, pero creo que se dio cuenta cuando me fui.

Yo no sé si volveré a mirar sus hermosos ojos cafés, pero de cualquier forma sé que jamás los olvidaré.

No hay comentarios: