lunes, 11 de julio de 2011

-Piel, cabello, ternura, olor, palabras-
mi amor te va tocando.
Voy descubriendo a diario,
convenciéndome de que estás junto a mí,
de que es posible y cierto;
que no eres, ya, la felicidad imaginada,
sino la dicha permanente,
hallada, concretísima;
el abierto aire total en que me pierdo y gano.

Y después,
que delicia la de ponerme lejos nuevamente.
Mirarte como antes y llamarte de "usted",
para que sientas que no es verdad que te haya conseguido;
que sigues siendo tú, la inalcanzada;
que hay muchas cosas tuyas
que no puedo tener.

Que delicia delgada, incomprensible,
la de verte lejos, y soportar los golpes de alegría
que de mi corazón ascienden
al acercarse a ti por vez primera;
siempre por primera, a cada instante.

Y al mismo tiempo, así, juego a perderte
y a descubrirte, y sé que te descubro
siempre mejor de como te he perdido.

Es como si dijeras:
"Cuenta hasta diez, y búscame", y a oscuras
yo empezara a buscarte,
y torpemente te preguntara: ¿estás allí?",
y salieras riendo del escondite,
tú misma, sí, en el fondo;
pero envuelta en una luz distinta,
en un aroma nuevo, con un vestido diferente.

No hay comentarios: